La actitud filosófica

Asombrarse y maravillarse de todas las cosas es una actitud innata, es espontánea en la niñez, pero suele perderse con la edad. El asombro y la curiosidad ante la realidad son los que llevan a las preguntas por su sentido.

Si se pierden estas cualidades, se estanca
el desarrollo del conocimiento y se pone en
peligro la ilosofía como ejercicio racional de
comprensión de la realidad como totalidad.

Pues los hombres comienzan y
Resultado de imagen para ARISTOTELES Y SENECA
comenzaron siempre a ilosofar
movidos por la admiración; al

principio admirados ante los fe-
nómenos sorprendentes más co-
munes; luego, avanzando poco a

poco y planteándose problemas
mayores, como los cambios de la
Luna y los relativos al Sol y a las

estrellas, y la generación del uni-
verso. Pero el que se plantea un

problema o se admira, reconoce
su ignorancia... De suerte que, si

ilosofaron para huir de la igno-
rancia, es claro que buscaban el

saber en vista del conocimiento,
y no por alguna utilidad. Y así lo
atestigua lo ocurrido.

Aristóteles. Metafísica.


No es la ilosofía un arte para

complacer al pueblo, ni ejerci-
cio de ostentación. No consiste

en palabras, sino en obras. No
tiene como objeto pasar el día
entretenido, ni restarle tedio a
la vagancia. Forma y modela el
Resultado de imagen para SENECA
alma, ordena la vida, rige nues-
tras acciones, indicándonos qué 

debemos hacer o qué evitar, se
sientan medio de los bandazos

de la vida al timón y dirige el cur-
so. Sin ella es imposible vivir con

valor y seguridad. A cada hora

que pasa ocurren múltiples acci-
dentes que requieren un conse-
jo que solo ella puede dar

Séneca. Carta XVI a Lucilo.















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