Clasiicación de los conceptos
Aristóteles clasificaba los conceptos de la siguiente forma:
• Por su perfección pueden ser claros u oscuros. Claros son aquellos conceptos de uso cotidiano que no requieren ser explicados para comprender su significado, por ejemplo, carro, casa, pelota. Mientras que los conceptos oscuros no se usan con frecuencia y necesitan una explicación, por ejemplo, ápice o escatológico.
• Por su extensión pueden ser universales, particulares o singulares. Los universales son aquellos conceptos que se refieren a un todo, como «todos los seres humanos». Particulares en cambio son los conceptos que denotan una particularidad como «algunos seres humanos». Mientras que los singulares son objetos que se refieren a un solo objeto, por ejemplo, «Pedro».
• Por su exactitud pueden ser unívocos, análogos o equívocos. Los unívocos se refieren a un solo concepto, por ejemplo, lápiz o cuaderno. Los análogos se parecen por su forma Manos dibujando, litografía o función, por ejemplo, portero, que puede ser el cuidador de un edificio o el que cuida un arco de fútbol. Mientras que los equívocos se aplican a objetos diferentes, por ejemplo, muñeca, que puede ser la parte de la mano, pero también el juguete, o radio, que puede ser el hueso, el aparato electrónico o la parte de la circunferencia.
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